viernes, 29 de diciembre de 2006

05 LA DONCELLA THERESE HUYE DEL CASTILLO


La guardia real se bate a duelo culpándose unos a otros. Nadie se atreve a decirle al rey lo que ha ocurrido

19 DIÁLOGOS:

Anónimo dijo...

En realidad no se sabe si huyó o la raptaron, porque...

(estira la mano por si alguien le da una moneda para que cuente lo que sabe)

Anónimo dijo...

(La señora del anónimo se adelanta y estira la mano también)

Se están peleando a fuego los guardias allá en lo oscuro... dizque se las robaron a ella y su dama...

Lila Magritte dijo...

¡¡¡Qué es todo este alboroto!!!

Por qué estais aquí... ¿Y la doncella Therese?

(Nadie responde)

¿Y las damas?

¿Y qué hace la guardia allá afuera con ese fuego? ¿a quién vais a quemar?
¡¡¡¡Responded!!!!

grandchester dijo...

(El Fraile
que desde hace días
vigila el aposento)

Triministra,
mucho lo siento...

Lila Magritte dijo...

(Inquieta, le tiembla la voz)

¿Acaso se trata de la cocinera?
¿Habeis descubierto ratones?
¿Virus?
¿Murciélagos... zorros voladores?

Bufón de la Corte dijo...

(llega el bufón, con su jubón de globo que oculta todo)

Benas tardes...

Doncella, Triministra...

Lila Magritte dijo...

(Al Bufón)

¿Teneis alguna respuesta para explicar esta escena tan oscura?

Anónimo dijo...

...Señorita Triministra, parece que la doncella escapó con el Heraldo y se llevó el ajuar con el anillo de lo siete poderes...

(Extiende la palma de la mano a la espera de unos maravedíes)

Lila Magritte dijo...

(Tomándole la mano se la limpia con la manga de la sirvienta y la examina)

Se ve que tu vida no es muy larga, por mentirosa te va a pillar tu marido y...

Anónimo dijo...

... ¿qué me va a pasar señorita?

continuad, su excelencia... os ruego, decidme...que me hará el Gerineldo...

(llora arrodillada ante la Trina)

Anónimo dijo...

Bienvenida a vuestros aposentos, Therese, esta noche donde todo se renueva y olvidemos todo lo que ocurra extramuros de nuestros cuerpos, que nuestro sudor sea el mar, los gemidos del orgasmo las campanadas de año nuevo, vuestra salobre gruta, el albergue de mi semen fecundador de esperanzas, y las lágrimas derramadas después del amor, la sal sagrada de este acto que nos funde en un sólo Ser sin fisuras.

Thérèse Bovary dijo...

¿Qué? ¿Cómo?

Thérèse Bovary dijo...

Mientras la doncella es amada y ama a su rey con pasión verdadera piensa en el Caballero de la Rosa.

¿Habrá logrado huir?
¿Se salvará?
¿Vendrá a rescatarme cuando sepa que presa estoy por mi propio rey que aún cree que el asesinado en la tortura y despezado y comido por los perros no es él sino el guardia sobornado?

No sé qué haré con mi vida ni mi destino cuál será.

Qué dilema: amo al rey que cuando me ama me lleva por reynos infinitos y desconocidas galaxias.
Amo al rey que me ha regalado su vida y su reyno.

¿Soy acaso una mala pécora que cree estar amando un sueño vestido de caballero de la Rosa y no logra ver que el amor verdadero,el de mi rey, produce efectos devastadores en mis emociones y me llena de placeres desconocidos cada vez que me visita?

Bufón de la Corte dijo...

(Pregunta, sufrimiento)

Doncella
habéis visto
a la Triministra?

(Sale preguntando a todos)

Thérèse Bovary dijo...

Si bufón, ayer la vi descorchando botelas de krypalis y gritando feliz año nuevo... Desde entonces más de ella no he sabido

Lila Magritte dijo...

(Una voz sobredimensionada por la acústica del teatro invade al castillo todo)

¡¡¡Por favor devolvedme los calzones,
a la guardia real registrad,
os lo pido, Majestad, por mi trino decoro.

grandchester dijo...

(Pide audiencia un
apuesto Seminarista)

Santa Dama Therese,
el Cardenala tiene el honor
de invitaros
a rendir confesión secreta
o simplemente acompañar
a la Santa Hermafrodita
al disfrute
de los esperituales ejercicios
en vuestras nuevas estancias
dentro de los recintos
almenados
de la Nunciatura Apostólica.

Si el Buen Rey tuviera
por prudente
conmutaros el arresto
en estos aposentos
por uno en el serrallo
que os tenemos preparados
con la vida de la Guardia Suiza
garantizaremos
vuestra protección.

Por favor aceptad la invitación
que os franqueará el acceso.

(Hace la venia y se retira)

King Lear dijo...

Therese, amada confusa: con mis manos vengo a desataros de las ligaduras de satén, que consternado e iracundo hice prisionera en vuestro propio aposento.

(la libera con suavidad, estremecido ante el tacto de la suave piel de la oncella)

Libre estáis, la guardia retiraré de vuestro aposento, que no es digno de una futura reyna. Si con el de la Rosa os queréis ir, id pues; pero que no se diga que os ha rescatado, porque los pasillos, almenas, jardines y caminos del Reyno Lear, son vuestros por derecho, no político, sino de amor verdadero.

Amada que de un olivo y un rosal heredasteis los ojos y la color de vuestro gesto: parafraseando al poeta, os digo: vuestro mirar, ardiente, honesto, enciende mi corazón y lo refrena; mas no puedo forzar corazon de mujer alguno y vuestro será el consentimiento. Si no, Dios (Ya que en estos casos ni Cardenalas ni Merlines ni Trinas tienen derecho a inmiscuirse) me dará la señal paa decidir mi destino y el del Reyno.

Y si debo ser honesto hasta el dolor, debo advertiros que el de la Rosa caerá no por ira, sino por los delitos por el cometido, y juzjado por un tribunal competente. Si se entregase, la sentencia será menor y no habrá cárcel ni tormento.

Thérèse Bovary dijo...

Mi buen rey, mi corazón se ha resquebrajado en estos aciagos días.
Agradezco me deis la libertad que creo merecer por el solo hecho de haber nacido libre.

Me gustaría que vuestra Machistad me autorizase a pasar algunos días en la paz de la Nunciatura, protegida por la férrea guardia suiza a donde me invita El Cardenala.

Allí en la paz del claustro creo que podré poner mis ideas en orden y resolver asuntos de este mi corazón revuelto.

Si vos, mi Rey, lo autorizáis, enviadme en un carruaje esta misma noche en busca de la paz de mi alma agitada que estoy segura Dios me dará en la Nunciatura.

No desconfiéis de mí, que escapar no quiero, sino meditar en el silencio muy cerca del cielo.

Vos, rey, estáis dando ahora verdaderas muestras de nobleza y de amor.

Os beso en la comisura de vuestros labios y me miro en vuestros ojos de intenso azul calipso que me enloquecieron cuando os conocí.

Mi corazón vuelve a inundarse de amor por vos, amadísimo rey Lear.

Suya
Therese